martes, junio 14

La Tregua





Mario Benedetti
Editorial Alfaguara
211 páginas.
Tapa rústica, blanda.

Gracias a Penguin Random House por el ejemplar.


Cómo la necesito.
Dios había sido mi más importante carencia. 
Pero a ella la necesito más que a Dios. 

Viudo y con tres hijos que en su vida no son sino satélites lejanos, Martín Santomé ya sólo espera la jubilación que va a librerarlo de una labor tediosa, pero también a enfrentarlo a una libertad que imagina como una rutinaria y aburrida senda hacia la tumba.

Pero la llegada de Laura Avellaneda, la nueva empleada de gracia inasible, hace que en la vida de Martín surja un gran amor.





CALIFICACIÓN

*****

La jubilación de Martín Santomé está pronta, y teme quedarse sin hacer nada. Al mismo tiempo, observé que este hombre tiene miedo a que piensen que es lo suficientemente viejo para ser un inútil, y también tiene esa inquietud sobre lo que va a hacer cuando ya no tenga que trabajar. 

Me pareció una lectura interesante, con un léxico en algunas ocasiones muy culto para mi entendimiento y tengo que admitir que algunas veces no comprendí exactamente lo que el escritor quería decir, pues todo el libro son más que nada pensamientos profundos del protagonista. 

La vida de este personaje es muy aburrida, algo deprimente y anticuada. A veces siento como si fuera una persona que no tiene sentimientos, pues es un desastre de padre, tiene problemas para comunicarse con sus hijos, y en cuanto a su difunta esposa, no encuentro ese amor apasionado o adoración hacia ella, pues se muestra muy ajeno e indiferente ante su muerte. Aunque, comprendo que ya han pasado unas décadas desde que su esposa decidió dejar este mundo, sigo sin encontrar esa pasión juvenil que uno siempre espera sentir, pero por lo que leí, la armonía de su matrimonio, estaba basada siempre en el sexo. No se ustedes, pero no siento que sea amor puro.

Martín ha perdido el sentido de su vida y se ha sumido en la extenuante rutina y supongo que está un tanto amargado. Busca desesperadamente la felicidad que falta en su vida, el bienestar.

Pero entonces llega Laura Avellaneda.


"...tiene la frente ancha y la boca grande, dos rasgos que por lo general me impresionan bien."

Aquí es donde, la vida de Martín va cambiando de a poco gracias a esa atracción que va sintiendo conforme pasan los días en la oficina trabajando dedicadamente. Laura, o como él la llama, Avellaneda, no es una muchacha que podamos decir guapa, incluso el protagonista no sabe que fue lo que la atrajo, ya que, como él dice, una cosa complementaba a otra. 

Me di cuenta que el enamoramiento entre estos dos, es muy diferente al matrimonio que Martín dejó en el pasado, pues siento que carecía de comunicación, de madurez, de amor...

Pude observar, que Martín le tenía un pavor a la soledad, y que, sumergido en ella, buscaba una tabla de salvación que pudiera darle esa fuerza, esa esperanza, esa juventud que pudiera traerlo de vuelta al goce de la vida. 

Me gustan las frases cursis de este autor, me encantan. Y ser cursi, no necesariamente tiene que ser exagerado. No, Benedettti plasma esa pasión en las páginas de este diario, y más allá de cautivarnos, nos embriaga con su prosa, con la profundidad de estos sentimientos que pueden dejarnos sin aliento. Además, debo admitir que me sorprendí a mí misma con la boca abierta y la mirada embobada ante tales cursilerías.

Aunque puede ser una narración un poquito tediosa en algunas ocasiones, analicé la transformación de las amistades del protagonista, y es que, cuando eres joven y estás en plena cima de la montaña, uno se siente extasiado, satisfecho y feliz. Sin embargo, cuando termina, y bajas en picada, las cosas cambian. Esto es algo que Martín quiere decirnos. La relación con sus amistades cambió drásticamente después de no haberse visto por años, lo que antes eran chistes verdes y carcajadas, de repente se convierten en una fina línea que da lugar a unos labios callados, serios, amargos.

''Tengo la sensación de que la vida se me está escapando, como si mis venas se hubieran abierto y yo no pudiera detener mi sangre.''

Sé que dije que Martín parecía no tener sentimientos, pero Avellaneda despertó muchas cosas maravillosas en esta desdichado hombre, pero me hubiera gustado que la relación con sus hijos hubiera cambiado para bien.

El final. Bueno, esta parte me dejó muy sorprendida, literalmente con la boca abierta y les juro que no creí que este acontecimiento fuese necesario.

¿Y que más puedo decir? Me siento...culta. Sé que suena un poco estúpido, pero a pesar de que no entendí algunas cosas del lenguaje de este hombre, la mayoría sí, y, se los juro que no sé cómo lo hice, pero comprendía cosas que no sabía que llegaría a comprender. Bueno, no sé si me entiendan pero estoy muy orgullosa de haber leído un clásico como este.


-- L o n d r e s  --

4 comentarios:

  1. jaaja "me siento culta" XD deberías regalarme ese libro, le traigo muchas ganas, y sobre el final, hace mucho que me hice ese spoiler.. pues puede ser interesante aunque necesito leerlo para tener el contexto

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  2. La verdad es que no me llama nada la atención, así que de momento lo dejaré pasar^^
    ¡Un beso y felices lecturas!

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  3. Jajajajaja todos lo decimos, la de frases con exceso de azúcar que crea este autor... Es un libro al que podría darle una oportunidad. El protagonista lo que no había encontrado es el amor verdadero, nadie elige de quién hacerlo, aunque no sea guapa el corazón va a su bola. Un muack!

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Gracias por tu visita, agradecería tu opinión. Aunque no responda, ten por seguro que te leo ;). Con cariño, Londres.